“Edith es una mujer alemana que se quedó en nuestra casa desde noviembre del 2012 hasta marzo del 2013. Durante esos 5 meses, ella se convirtió en parte de nuestra familia, y pensamos que ¡fue maravillosa!. Tenemos tres hijos, de tres, seis y 10 años (que eran más pequeños cuando ella llegó), y todos nos encariñamos mucho con ella y nos entristecimos cuando tuvo que dejarnos. Nos llevamos tan bien con ella que iremos a visitarla a Austria, en donde administra unas cabañas en la montaña, durante las vacaciones de verano. Sé que Edith la pasó bien aquí y lo aprovechó al máximo. Entró a un grupo de arte que se reunía los sábados, fue a clases de yoga y visitó muchos sitios turísticos. Vinieron a visitarla su pareja, hijos y amigos, lo que significa que disfrutó Londres todo lo que pudo, fueron al teatro y viajaron a lugares cercanos como Brighton y Manchester. Su inglés era muy bueno cuando llegó, pero después de cinco meses lo mejoró bastante y pudimos tener conversaciones con mucha naturalidad. Descubrí que esta experiencia fue muy enriquecedora y la repetiría. Me sentí capaz de confiar en ella inmediatamente, y me encantó que fuera tierna y cariñosa con los niños desde el principio. Cocinaba delicioso, así que el único problema es que probablemente gané algunos kilos mientras ella se encargaba de nosotros.”