“Viví y trabajé en la enfermería de una pequeña villa de África occidental, en Gambia, de marzo a mayo del 2013. De lunes a viernes la enfermería era mi trabajo y los fines de semana eran para mí. Pilotos de rally y trotamundos que conocí allí me invitaron a conocer Gambia. Con mis colegas, organizábamos barbacoas y paseos en bote. Una cocina en estilo africano era nuestro punto de encuentro para cocinar, o platicar, o intercambiar historias.

Entre otras cosas, mi trabajo en la enfermería era organizar las medicinas donadas por Alemania con etiquetas en alemán, y traducirlas. Así, el equipo de Gambia podía saber para qué padecimientos podrían usarse. También hablábamos de higiene, técnicas de vendajes y de cómo administrar el expediente de los pacientes. Además, pintamos los cuartos, pusimos cortinas y otras cosas. Tengo la idea de que nuestros colegas nos agradecieron cada idea. Aún queda mucho trabajo por hacer para consolidar esos conocimientos. Los colegas de gambianos necesitan mucha capacitación.

Nunca olvidaré a estas personas, amigables y agradecidas. También vi mucha pobreza en los hospitales cercanos, porque pude visitarlos cuando distribuía la comida.”