“El 3 de septiembre fui recogida en casa por mi 'nueva familia' con dirección a Bruselas. Empecé esta aventura de modo muy neutral, pero la química entre la madre y yo fue perfecta desde el principio. El más joven de los niños, de siete años, confió en mi muy rápidamente. Yo, de modo muy natural, también ayudé con la casa. Las cinco semanas se fueron como agua. Estoy muy satisfecha y crecí con esta experiencia. El truco para convertirse en una Granny Aupair es ser flexible y autosuficiente. El último día, la familia me dijo ¡Qué lástima que ya te vayas tan pronto!”