
“Los 14 meses que pasé en Irlanda fueron una experiencia accidentada y muy interesante, aunque de vez en cuanto hubo periodos agotadores. De cualquier modo pude usar los fines de semana libres para conocer el país. Me uní a un coro local que se reunía semanalmente, conocí gente e hice amigos, con quienes me mantendré en contacto.
Para mí, este periodo fue un maravilloso tiempo fuera de mi vida diaria en Alemania. Las personas son mucho más amigables y atentas en Irlanda que allí. Además, como contaba con un auto en el lugar, pude ver y descubrir paisajes increíblemente bellos. Estoy segura de que regresaré en uno o dos años, o tal vez iré a otro país”.